Sin embargo, los habitantes de Cuijingo vieron un águila posada en el cerro de la localidad, pero el ave reemprendió el vuelo ahuyentada por unos cuijis (lagartos). El cerro se llama ahora del Águila, y el pueblo aquirió el nombre de Cuijingo (lugar de lagartos).
La segunda leyenda habla de San Matías Apóstol: se cuenta que antes de haber iglesia en Cuijingo se llevaban en procesión la estatua de San Matías desde Tepetlixpa rumbo a Juchitepec, pero a la salida del pueblo, donde ahora se encuentra una cruz, San Matías se volvió en una ocasión demasiado pesado y comenzó a llover, por lo que se decidió pernoctar en Cuijingo para al día siguiente reanudar la peregrinación; sin embargo, el fenómeno se repitió durante los dos días siguientes, comenzando a llover a la salida del pueblo y San Matías volviéndose excesivamente pesado.
Se decidió construir una iglesia para albergarlo, y el día después del término de la obra se escuchó cantar a un gallo y se contempló a la estatua de San Matías postrada en el altar, lo cual se interpretó como que el santo quería quedarse en el pueblo. Debido a esta leyenda, el nombre oficial de Cuijingo es San Matías Cuijingo.